Le Domaine d’Auriac

jueves, octubre 7th, 2010 | Hoteles, Restaurantes, Resto del Mundo

Camino de Île de Re, iniciando nuestras tardías pero bien aprovechadas vacaciones, hicimos algo más que una escala técnica en Carcassonne, una población de la que me habían hablado bien y que me gustó, a pesar del evidente montaje turístico.

Le Domaine d'Auriac  |  Carcassonne

Le Domaine d´Auriac | Carcassonne

En la carretera que lleva al hospital de Carcassonne se encuentra Le Domaine d’Auriac, un elegante Relais & Châteaux rodeado de un bonito jardín y de un espectacular campo de golf. Su restaurante, afrancesado por los cuatro costados, forma junto a La Barbacane -en el exclusivo Hôtel de la Cité- y a Le Parc Franck Putelat la representación estrellada de la zona.


Servicio a la vieja usanza, desde sus gestos medidos al impoluto uniforme de gala, sala muy tradicional con ventanales a la terraza y buena carta de vinos con amplia representación del Languedoc-Roussillon.

Tras el aperitivo, me lancé al fricassé d’escargots -muy sabrosos- sobre una base de jamón dulce ibérico ligeramente braseado y trufas de verano. Como respetable guarnición, unas puntas de espárrago y unos gnocchi de patata nueva -de los mejores que he probado, aunque reconozco que históricamente no he tenido demasiado éxito con esta pasta-.

Xocolata optó por una sedosa velouté de crustáceos, de sabor profundo y acentuados aromas gracias a la crema ligera de cebollino que la coronaba. El fallo no estuvo en la irreprochable preparación, sino en no advertir que habíamos escogido este plato cuando, como aperitivo, nos sirvieron un chupito del mismo  -nos pidieron disculpas-.

Fricassé d´escargots con trufa de verano  &  Lomos de lubina con alcachofas

Fricassé d´escargots con trufa de verano & Lomos de lubina con alcachofas

Xocolata prosiguió su camino con los lomos de lubina con un toque de horno -punto de cocción tradicional-, alcachofas a la pimienta y un punto cítrico. Todo correcto, pero… ¿por qué hay todavía muchos locales en los que el atrevimiento a las cocciones cortas está reservado en exclusiva para las carnes?

Mi segundo, una excelente ternera rustida en cocotte, al punto, muy jugosa y tierna, con acompañamiento de fondue de cebollitas al vinagre de Banyuls y legumbres diversas salteadas.

Llegados a los postres, para mí un soufflé caliente al Grand-Marnier con el contraste de un divertido bombón helado de Calisson -un dulce tradicional de Aix-en-Provence- y néctar de naranjas. Uno de los mejores platos de la noche, aunque de ración más que generosa.

Ternera rustida en cocotte  &  Soufllé caliente al Grand Marnier

Ternera rustida en cocotte & Soufllé caliente al Grand Marnier

Para no ser menos, la descomunal copa de frutos rojos de la casa -helado incluido- cerró el menú de Xocolata.

Con la infusión digestiva habitual, pequeño cuarteto de petit-fours, entre los que destacaron unos muy buenos financiers de fresa.

Regamos el ágape con un agradable Grande Cuvée Renaissance Brut, un Crémant de Limoux -¡qué difícil verlos en España!-, que recuerda que el Champagne no es el único espumoso francés de calidad.

Junto con la estancia, la cena era un regalo -¡regalazo!-, así que no puedo informar de la cuenta, pero en la web del hotel podéis echar un vistazo a sus diferentes propuestas de menú.


Post written by Daniel Muro

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