Estocomo

Oaxaca

miércoles, junio 10th, 2015 | Barcelona, Coctelerías, Restaurantes

Tras mis exitosas experiencias en Niño Viejo y Hoja Santa, me apetecía seguir explorando la última ola de mexicanos abiertos en la ciudad, y Oaxaca, muy recomendado por la blogosfera gastro, se postulaba claramente como la siguiente víctima propiciatoria. Dicho y hecho, allí fuimos.

Pero aunque sí lo era para mí, Oaxaca no es exactamente una novedad. En realidad, ya casi hace un año que abrió sus puertas. Al frente, Joan Bagur, un cocinero menorquín que dejó los fogones del restaurante de Jean Luc Figueras para lanzarse a la aventura mexicana. Y me refiero a mexicana… en México, donde acabó en el célebre El Bajío, de la no menos conocida cocinera Carmen Ramírez (Titita).

No es de extrañar que el grupo Sagardi pensara en él para el proyecto Oaxaca, así que le convencieron para volver parcialmente a su tierra, en un formato que le permitiera combinar su trabajo en México con la dirección del nuevo mexicano barcelonés.

Siendo sábado y estando ubicado en una zona turística, me lo esperaba a rebosar -en la esquina, la terraza del 7 Portes tenía cola-, pero supongo que la final de Copa pesó entre los autóctonos. Y aun así, dos terceras partes ocupadas.

Amable recepción, tanto en la entrada como, justo a continuación, en la detallada presentación y recomendación de su amplia gama de mezcales. ¡Venga, un par de ellos para empezar! Me encanta el toque ahumado de este potente destilado, aunque mi falta de iniciación agradece una temperatura de servicio algo más fresquita.

Paladar a tono y empezamos con las ostras. Sin ser ya el símbolo de ostentación gastronómica de unos pocos, las ostras no solo se han popularizado, sino que incluso podría decirse que están de moda -seguro que los Adrià tienen buena parte de culpa-. Aquí, ejemplares de tamaño medio, correcta salinidad y, como elemento diferencial, un buen aliño de aguachile verde, fresco, picante, muy vivo. Empieza bien.

Y sigue mejor con el atún rojo, sedoso, macerado con la pasión del mezcal Espadín Los Amantes. Acompañando los filetitos del túnido, unos bastoncillos de jícama -tanto en textura como en paladar, una curiosa mezcla entre nabo y pera-. Rematando el plato, un guacamole auténtico, de ruda elaboración, sin limón, pero pura crema en los labios.

Llegan también unas golosas tostadas de bonito ahumado y base de maíz, en una combinación de no pocos ingredientes que parece mucho más cáotica de lo que luego resulta en boca, con buena integración de sabores. Eso sí, la ración es generosa (3 unidades) y, para dos personas, se corre el riesgo de saturar al personal poco entrenado.

Compartimos también un excelente Taco Rosarito de bogavante. No es que sea un gran fan de este marisco, pero me gusta probarlo de vez en cuando y me apetecía ver cómo resolvía Joan la contundencia de concepto del taco con las delicadas carnes del bogavante. Y no hay queja. Ni de la tersura del animalillo en el relleno del taco, ni de su crema-salsa para potenciar el sabor y reforzar la melosidad del invento.

Llegamos a los dulces algo al límite, por lo que nos conformamos con compartir unas atrevidas trufas de chocolate con polvo enchilado Miguelito y su correspondiente puntito picante… ¡Claro que sí, esto es México!

Con agua, mezcales y un par de cócteles –chango y fresquito-, una cuenta cercana a los 60 euros por cabeza.

Sin duda, una propuesta de calidad en lo que probablemente es la ejecución más fidedigna de la cocina mexicana en Barcelona. Se agradecería, eso sí, un ajuste en algunos precios de la carta de vinos y, puestos a pedir, ya que sobradamente cumplen como mexicano gastronómico, me atrevo a sugerir que moderar algunas raciones permitiría a los paladares más curiosos explorar un mayor número de elaboraciones y disfrutar más de la experiencia de la cocina de Joan.

¡Mexicano, mexicano!

Post written by Daniel Muro

Tags: atún, barcelona, cocina mexicana, cócteles, joan bagur, mezcales, ostras, tacos, titita

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