Estocomo

Mextizo

miércoles, agosto 10th, 2016 | Barcelona, Restaurantes

Entrantes mexicanos, parrilla al estilo de Getaria, arroces levantinos y otras especialidades mediterráneas. Ahí lo deja Adrián Marín, chef de esta nueva propuesta de nombre fácil de recordar. Un triple concepto al que aplica realmente bien lo de juntos pero no revueltos.

Y es que Mextizo, como se esfuerzan en explicar los miembros de su equipo, no es un restaurante de cocina fusión, a la que apenas hay concesiones. Sí hay 3 estilos de origen, y sí, están claramente vinculados por las vivencias y la buena mano de Adrián Marín, cocinero castellonense que emprendió una aventura mexicana tras el cierre de Drolma, donde ejercía como jefe de cocina. Pero las recetas, sean de aquí o de allá, son fieles a cada una de sus cocinas.

El local, muy amplio, de altos techos e interiorismo de los de lucir a cargo del estudio de Juli Capella, invita a entrar, ya sea para hacer un cóctel o un mezcal en su lounge o en su terraza interior, o para tomarte tu tiempo con una experiencia de mantel más seria.

Y esa es la idea hoy. Evaluación concienzuda de la carta y empezamos con los sopes, muy buenos, sabrososos, aquí protagonizados por una jugosísima -mucho, no exagero- tinga de pollo con crema fresca.

De mayor delicadeza en sabor y textura, los cucuruchos crujientes, rellenos de atún y arroz con guacamole. Excelente fritura y buena consistencia del peculiar cornete.

Regresamos a la potencia con uno de los sabores más reconocibles de la cocina mexicana más exportada: los tacos de cochinita pibil con x-nipec, de moderado picante. Bien por los matices medidos del cilantro. Y mejor aún por la cebolla morada. Eso sí, de la tinga a la cochinita se pierde un punto de melosidad.

Más tacos. Estos distintos, dorados, en una de las pocas excepciones que Adrián hace a las influencias locales sobre base mexicana, rellenándolos de rostit a la catalana. Crujientes, sabrosos. Contundencia en continente y contenido, a la que hay que sumar la chispa de unos puntos de cremoso mole para mezclar al gusto del comensal.

Nos apuntamos también al arroz. Lo elegimosa a banda, con allioli suave y el buen equilibrio sápido entre el azafrán y el fondo de pescado. Tampoco hay reproches a la cocción.

Para completar la fiesta hay que probar la parrilla. Somos dos y no nos atrevemos con piezas enteras, pero una excelente ventresca de atún no deja lugar a arrepentimientos. Para rebajar el punto graso del bocado, el pescado nos llega con un pequeño cuenco de ensalada -¿soy yo o se está perdiendo esta costumbre?-.

En las copas, suma también el magnífico QX de Mas Candí (Penedès), con sus 4 xarel.los seleccionados y su compleja ingeniería de barricas, con resultado de persistente frescura cítrica y agradable untuosidad.

Nos sentimos con fuerzas para un par de postres, así que rematamos la faena con los dos sugeridos por un cálido equipo de sala que se muestra implicado en un proyecto como pocas veces lo he visto.

Para refrescar, un agradable limón en sorbete, con bizcocho de limón -este algo deslabazado-, crema de limón y lima. Y para culminar, un correcto lingote de vainilla y chocolate con helado de pasión.

Apuramos los financiers y unas rocas de chocolate de cortesía, y aprovechamos para reflexionar sobre los méritos de esta multipropuesta bien ejecutada. Y es que no hace falta pasarse por aquí pensando en abarcar todos los apartados de la carta. Mextizo tiene visos de disfrutarse también dedicándote en exclusiva a cualquiera de ellos. Me dejo en pendientes un día de parrilla.

Con el repertorio mencionado, aguas diversas, pero sin cafés, rozando los 58 euros por cabeza.

Post written by Daniel Muro

Tags: adrián marín, arroces, barcelona, cocina mediterránea, cocina mexicana, eixample, parrilla, Restaurantes, tacos

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