Bodega 1900 [2017]

lunes, enero 9th, 2017 | Barcelona, Restaurantes

Tardé mucho en pasarme por la propuesta más tabernaria del exitoso binomio Adrià+Iglesias. No fue hasta 2015, varios años después de su apertura, que no visité por primera vez la Bodega 1900. Trato de subsanar el error desde entonces.

Restaurante Bodega 1900  |  Barcelona

Restaurante Bodega 1900 | Barcelona

El local, a escasos 30 metros de Tickets, el primer bombazo del grupo, es estrecho, muy poco espacioso… diría que incluso un punto incómodo. Pero me da igual. Lo compensa un cuidado repertorio de productazo, unas preparaciones mucho más actuales de lo que la carta parece indicar, ejecuciones muy logradas y sabores muy reconocibles, algunos de ellos hasta de los que tocan la fibra de la nostalgia.


Las esferificaciones de aceituna son un clásico en los restaurantes de elBarri Adrià y un fijo en los inicios de mis sesiones. En cada uno de los locales aportan un pequeño matiz diferencial. El de la Bodega 1900, el toque de piparra que, unido al jugo esencial de la oliva, le alarga el paso por boca.

No conocía, en cambio, sus chipirones confitados… Confitadísimos, de hecho, alcanzando una textura sorprendentemente sedosa, muy agradable, con goloso relleno del propio chipirón y pequeños dados de panceta.

Oliva  &  Chipirones

Oliva & Chipirones

El bonito en salsa catalana también acaricia. Más terciopelo, y mucho mar en las sinergias cantábrico-mediterráneas.

Nos recomiendan los mejillones de bouchot, así que nos dejamos llevar. Llegan en salsa verde y enternecidos por una excelente cocción -sí, son mejillones, pero no es tan obvio-. Muy sabrosos, en alegre punto picante.

La fritura del día es impecable. Ni una gota de aceite sobrante en unos salmonetes crujientes por fuera y jugosos por dentro.

Bonito  &  Salmonetes

Bonito & Salmonetes

Bien las notas ahumadas en el pulpo a la brasa, con aires canarios en forma de patatitas y pimentón rojo. El juego de texturas entre el animalillo y las patatas, casi en resistencia inversa a lo esperado, me recuerdan a un plato de David Reartes en su inspirada época en el extinto Blanc de Tòfona.

Subidón con las albóndigas, simplemente brutales, acompañadas de una espectacular salsa de tomate y unas patatas fritas de altísimos vuelos. ¿Sabores simples? ¿Un plato de menú de mediodía? ¡Creedme, nada más lejos! Imprescindible.

El modesto momento dulce, protagonizado por unas crêpes suzette que tienen truco, aligerando la versión original.

Albóndigas  &  Crêpes suzette

Albóndigas & Crêpes suzette

En las copas, la Terra Alta, personalizada en la artesana garnacha blanca de La Foradada 2015 (Celler Frisach). Frescura balsámica en nariz, y energía y nervio en boca, pero mucho más redondo que otros -demasiados- vinos de mínima intervención (sin filtrar, sin sulfitos…).

Equipo de sala proactivo y cercano, sin agobios ni prisas, bien apoyado en unos correctos timings de salida de los platos.

La minuta, sin cafés, rondando unos 50 correctos euros por cabeza. ¡Más albóndigas!


Post written by Daniel Muro

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2 Comments to Bodega 1900 [2017]

Gerard
12 enero 2017

Buen post!
Es curioso, como ciertos restaurantes nos «despistan» a priori al entrar, ya sea por el reducido espacio o la poca confortabilidad de la sillas. Pero una vez te sientas, te olvidas de todo y disfrutas del primer al ultimo plato. Festival en este caso, con los chipirones y las albondigas!!!

Dani
12 enero 2017

Hola, Gerard! Cierto, no hay que fiarse de las apariencias, ni en el local ni en los ennunciados de las cartas. Hay muchos ejemplos de sitios pequeños, estrechos, que esconden una gran cocina. La de la Bodega 1900 es para disfrutarla de arriba a abajo, pero ojo, que también hay casos opuestos, con locales extraordinarios, cartas con platos de 3 líneas… y cocinas mediocres.

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