Bardeni

viernes, septiembre 15th, 2017 | Barcelona, Restaurantes

Cuentan que Dani Lechuga se cansó de la formalidad de su Caldeni y de comensales -no pocos, es un problema serio para muchos locales- que no se presentaban a sus reservas. Y que así, entiendo que añadiéndole también algunas otras motivaciones, nació Bardeni, anexo a la casa madre, bajo ese epígrafe de gastrobares de alta gama y, por supuesto, manteniendo el elemento diferencial del maravilloso trato a las carnes que Dani consigue como pocos en la ciudad.

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Bardeni Meatbar | Barcelona

De esto ya han pasado más de 3 años y Bardeni fue seduciendo a su público… y a su creador. Hasta el punto que, un tiempo después, Dani decidió finiquitar Caldeni en pro de su nuevo modelo. En realidad, abandonó el continente más que el contenido, ya que muchos de sus grandes clásicos están más vigentes que nunca en su flamante meatbar.


Se pasa por la báscula al entrar… y al salir. Peligroso elemento decorativo, pero notario inexcusable del provecho de nuestra experiencia en Bardeni. La nueva decoración, a cargo de los prolíficos componentes del estudio Lázaro Rosa-Violán, acertadamente más centrado en el espacio y en su filosofía que en el lucimiento del interiorismo per se -una impresión que no siempre se consigue-.

Me apetece barra y hay hueco. Cada vez me gusta más este formato para dos, siempre y cuando la barra sea cómoda y lo merezca. Mirada a la carta, repartida entre el papel y los azulejos de las paredes, y en pocos minutos disponemos de una primera copa del xarel.lo de Desig 2016 (Mas Candí, Penedès, de agradables notas húmedas y final salino) y, nuestra única concesión no cárnica de la sesión, en forma de unos lomos de sardina, tersos, frescos, marinados con piparras y caviar de aceite.

No he acabado de superar mi hastío con el foie, pero la concesión de la noche no me supone ningún problema. Llega en mi-cuit, impecable en textura, y en correctísima combinación con compota de manzana y vainilla, aunque me permito sugerir desde aquí -y no es una alusión particular a Bardeni- la incorporación de nuevas alternativas para el contraste.

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Sardinas & Foie

Soy fan de la pasta de fina, pero la doble vuelta del canelón de rabo de vaca da en el clavo para que la potencia de un interior que no se anda por las ramas no se la lleve por delante. Fantástico relleno, meloso y claramente identificable, y bechamel complementada con el no menos poderoso fondo de carne del guiso de rabo. Le acompaña bien un sabroso La Montesa 2014, DO Rioja bajo el sello de la familia Palacios. Eso sí, el éxito del local les perimitiría aumentar las referencias a copas sin problemas de rotación de botellas -3 blancos y 3 tintos el día de autos-.

De clásico a clásico, en el que probablemente es el mayor hit del antiguo Caldeni, un steak tartar de Angus Beef, con solomillo y picaña de incuestionable calidad cortados a cuchillo, un punto picante -a elegir, pero nunca enmascarando la carne-. En el top de la ciudad, sin duda. En esta ocasión, con menor presencia de notas de oloroso de lo que recordaba -y disfrutaba- en otras visitas.

Cerramos la recopilación de grandes éxitos con la ternura y profundidad de la vaca charolais con salsa Café de París. Reposada en su propia cámara, sin excesos ni maduraciones de record, justifica por sí sola la visita.

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Steak tartar & Canelón

Ya en los dulces, el mascarpone tiene su gran minuto de protagonismo en la peculiar, deconstruida y cremosa versión del tiramisú de Dani.

Y aunque mi corazoncito está desde hace unos días con la torrija de Rafa Peña, cumple también la de Bardeni, muy auténtica, y acompañada de un excelente helado de yogur griego.

Torrija  &  Tiramisú

Torrija & Tiramisú

Casi 45 por cabeza para la nueva versión de este local, imprescindible para carnívoros y más que recomendable para omnívoros.


Post written by Daniel Muro

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