Ronda 14

domingo, abril 8th, 2018 | España, Restaurantes

Buscando posibles víctimas propiciatorias para satisfacer mis ansias de platillos en mi reciente escapada a Madrid, me encuentro con un ramillete de buenos comentarios sobre Ronda14. La propuesta, atípica cuanto menos, fusiona -o aúna, según se mire- conocidos platos del recetario nikkei con influencias del tapeo asturiano del que se ha empapado Mario Céspedes, cocinero peruano afincado en Avilés, donde regenta, bajo el mismo nombre, la primera versión de este restaurante.

Restaurante Ronda 14  |  Barcelona

Restaurante Ronda 14 | Madrid

Cierto paralelismo, a priori, con lo que Francisco Heras, sin tanto exotismo pero también vinculado a Avilés, ofrece en el asturiano-barcelonés Llamber.


Ronda 14 está en un extremo del barrio de Salamanca, esa parte de Madrid en la que los que estamos (mal)acostumbrados a la cuadrícula del Eixample de Barcelona nos movemos con fluidez. Local agradable, con buena luz natural a pesar de ser interior, y paredes que combinan el ladrillo y la escayola, siempre en blanco, reforzando esa sensación de luminosidad.

Carta de vinos actual, con algunas referencias que se alejan de los clásicos y una pequeña pero interesante selección de vinos a copas a precio comedido. La parte sólida, dividida en 3 apartados: piqueos, el sushi y lo dulce. Nos recomiendan empezar con el tiradito, y allí vamos. De corvina, en tierno laminado y buen aliño, reposado sobre una sedosa salsa de ají amarillo, con justa proporción de nata y de picante muy suave. Coronando, un pequeño juego de texturas de boniato. Excelente, acabará siendo el mejor en nuestra elección.

Muy correcto el tataki de bonito, con el consabido matiz del rebozado en sésamo y, más interesante, la guarnición de pak choi y judía verde en juliana y al dente. Revistiendo el conjunto, buena salsa chifa de elevado recuerdo marinero.

Tiradito  &  Minihamburguesa

Tiradito & Minihamburguesa

Un par de bocados para el muestreo del sushi. El primero, sencillo, pero muy sabroso, en un nigiri de hamburguesa de wagyu, muy jugosa, con rocoto y queso azul. No nos convence, en cambio, el gunkan de huevo trufado. Buen punto del huevo, pero el alga de textura excesivamente gomosa.

El pulpo parrillero con patatinas luce menos en el cefalópodo, menos sápido de lo esperado, que en las patatas, acertando tanto en su versión en dados, aquí con la piel, como en la base, en ligera parmentier. El crujiente de tinta de calamar, irrelevante.

Pequeño caos en el coulant de chocolate con sorbete de piña, con un par de intentos fallidos por reventón del pastelillo. Pedimos que nos dejen el segundo, no nos importa, aunque insisten en hacer llegar también un tercero, a cuenta de la casa, este sin pérdidas del chocolate fundente, aunque con el borde algo quemado. O no era el día del responsable del coulant o urge revisión.

Pulpo  &  Coulant

Pulpo & Coulant

A copas, el riesling alsaciano, sencillo pero limpio y fragante, de Dr. Loosen, y el fresco y frutal albariño de Torre La Moreira 2017.

Reconozco que quizás me faltó poner a prueba todo el potencial de la propuesta, con algún exponente más de su fusión, como las gyozas criollas con manitas de cerdo, o las carrilleras con arroz trufado.

Los precios, moderados, hacen que la cuenta no supere en demasiado los 30 euros por cabeza, aunque no diluyen la sensación de haber tenido una sesión de más a menos.


Post written by Daniel Muro

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