Vivanda (II)

domingo, junio 6th, 2010 | Barcelona, Restaurantes

Empieza a convertirse en una sana costumbre. Como el año pasado por estas fechas, a poco que el buen tiempo acompaña, toca visitar la bucólica y exitosa terraza del Vivanda. La fórmula del éxito, bien sencilla: buen tapeo de platillos -asesorado por el gran Jordi Vilà-, una de las terrazas interiores más agradables de la ciudad y precios más que correctos.

Restaurant Vivanda  |  Barcelona

Restaurant Vivanda | Barcelona

Las mesas para 2, como era nuestro caso, están situadas en la fila central de la terraza, recibiendo una tenue y romántica ilumnación indirecta de las filas laterales, que sí disponen de una hilera de pequeñas bombillas sobre las mesas.


Las sillas, que llaman a gritos una substitución -más por clavarse hasta en el alma que por edad-, son claramente el elemento a mejorar. Por lo demás, todo en orden, preparado para hacernos pasar una buena velada.

Mi fanatismo croquetil me llevó a pedir nuevamente sus ya afamadas croquetas de jamón, reforzando mi opinión de la temporada pasada sobre su excelente doble rebozado que las convierte en unas de las más crujientes de Barcelona, y una bechamel muy suave, pero a la que le sigo echando en falta un punto de sabor… ¿será la sal? ¿será el jamón? ¿seré yo?…

Seguimos con la sorpresa de la noche, la pareja de tomates confitados de Motticella. Simplemente sensacionales. Como diría el anuncio, todo el sabor del campo en el plato.

Continuamos con un buen wok de verduras, con una base de soja y el divertido toque fresco de los lichis, para acabar los entrantes con los papardelle, que para mi gusto hubieran mejorado con un par de minutos menos de cocción, pero muy sabrosos gracias al abundante parmesano y a una delicada mantequilla de trufa (ahora me vienen a la cabeza los fantásticos papardelle de Blanc de Tòfona… ¡uff, todavía puedo olerlos…!).

Tomates confitados de Motticella  &  Verduras al wok

Tomates confitados de Motticella & Verduras al wok

Tras cambio de platos pasamos a las sardinas con piquillos, excelentes ellos, correctas ellas, servidas con una picadita de ajo y perejil.

Y en cuanto a la carne elegida, un magnífico steak tartar de buey, en punto medio de picante y acompañado de una aterciopelada mantequilla de especias y unos crujientes bastoncillos de pan. ¿Dije ya que Vilà está detrás de todo esto? Sobran las palabras.

Como colofón, el minibrazo de gitano. Aparentemente sencillo, un tierno y fino bizcocho relleno de nata -ligera-, pero la cuestión es que acabo pidiéndolo cada vez que paso por Vivanda.

Sardinas con piquillos  &  Steak tartar de buey

Sardinas con piquillos & Steak tartar de buey

Con una botella de agua y otra del tinto de Brunus, recomendable, buena RCP -¿habéis probado también Acústic, otro gran Montsant por poco más de 10 euros?-, menos de 70 euros para dos personas. Como para no repetir…

De hecho, quizás alguno se habrá dado cuenta que la imagen que encabeza el post es de los macarrons de rostit, que cayeron en una visita posterior, junto a una selección de los hits de la primera y alguna destacable alternativa, como fue el caso de un muy buen arroz de sepia.


Post written by Daniel Muro

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