Monvínic

lunes, febrero 14th, 2011 | Barcelona, Restaurantes

Reconozco que soy un asiduo de Monvínic, aunque mucho más de su amplia oferta de vinos a copas que de la zona gastronómica, que hacía mucho -demasiado- que no visitaba. La celebración de nuestras XIV Jornadas Gastronómicas era la excusa era perfecta para, más allá del espectáculo de los vinos, volver a disfrutar de la cocina de Sergi de Meià.

Monvínic  |  Barcelona

Monvínic | Barcelona

El llamado espacio culinario, aunque no lucía una mala entrada, tampoco estaba abarrotado, lo que en estos locales de mesas compartidas -aunque en el caso de Monvínic muy amplias- favorece el confort del comensal. Una mirada a la proyección de la carta sobre la pared y en unos minutos dábamos por inauguradas nuestras jornadas.


El aperivo de la noche fue una ligera crema de calabaza con unos sabrosos -y mucho- mejillones y unas notas de romero. A partir de ahí, todo para compartir. Empezamos picando unos buñuelos de bacalao, grandes pero ligeros, cremosos pero apenas aceitosos y con trozos de bacalao claramente reconocibles. Muy buenos. Compartieron inicio con una aromática anguila ahumada con melocotón y manzana.

Nos tocó en servicio el sommelier Antonio Giuliodori, uno de los cracks del local, así que decidimos aprovechar la ocasión para responsabilizarle del maridaje de la velada. Empezó su master-class particular con un riesling neozelandés de Marlborough, el Envoy 2007 (Spy Valley).

Crema de calabaza  &  Anguila ahumada con manzana

Crema de calabaza & Anguila ahumada con manzana

Seguimos con un peculiar steak-tartar, mucho más picado de lo habitual, lo que le proporcionaba un tacto diferente. Es cierto que con ello se pierde la textura de la carne, pero el conjunto resultaba sedoso y con un acertado punto de mostaza. En la copa, la syrah de Domaine Combier 2008 (Crozes-Hermitage) redondeaba los aromas de pimienta del filete.

Era el turno para el lucimiento del marisco. Llegaron primero unas tiernas espardenyes con setas y habitas y, casi al únísono, un sensacional arroz de almejas, suelto, entero, meloso, impregnado del aroma y sabor del molusco. Todo ello regado con el no menos exuberante chardonnay de Moutere (Neudorf, 2008), otra joya neozelandesa de la que tomo buena nota para agenciarme en un futuro no muy lejano una botella.

No dejamos pasar la ocasión de ir de caza con el civet de corzo, una elaboración de sabores rotundos y salsa contundente de espesa picada y divertido contrapunto ácido de arándanos. Poco apto para carnívoros no iniciados, pero para los fans de la caza un señor guiso. Para combinarlo viajamos hasta Sudáfrica con el Morgenster 2004 (Stellenbosch), el espíritu de un elegante bordelés en un cuerpo sudafricano de merlot, cabernet sauvignon y cabernet franc.

Steak-tartar  &  Civet de corzo

Steak-tartar & Civet de corzo

Sucumbimos también a los encantos aromáticos de un Tou dels Til.lers que Sergi había trufado unas horas antes. Puede que le faltara aún alguna más para alcanzar el cénit, pero sin duda la delicatessen mereció sobradamente la pena. La rareza de Trebbiano d’Abbruzzo (Azienda Agricola Valentini, 2004), también.

Hicimos la transición al mundo dulce con una buena combinación de helado de pera, con queso Veciana y unas nueces contrastando texturas, para adentrarnos posteriormente en terreno más goloso con una versión libre y resultona del célebre postre de músic. Todo más que correcto, pero debo reconocer que me entusiasmó más el apartado salado de Sergi.

Tou dels Til.lers trufado  &  Postre de músico

Tou dels Til.lers trufado & Postre de músico

Para culminar la cena y acabarnos nuestras buenas copas de Málaga nº2 Victoria (Jorge Ordóñez & Company, 2006) y del amielado Sauternes Château d’Arche 2003 , un cuarteto de petit-fours (¡qué buena la trufa!) y nuestra larga sobremesa habitual.

Con todo lo descrito, un par de botellas de agua y la satisfacción de haber cumplido una de nuestras Jornadas Gastronómicas más completas, algo más de 70 euros por persona.

Imprescindible para fans del buen vino.


Post written by Daniel Muro

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3 Comments to Monvínic

Gretel
14 febrero 2011

Yo también soy seguidora y habitual de Monvínic oferta de vinos, pero como buena seguidora de tu blog (me encantan tus artículos) me apunto el espacio gastronómico para alguna ocasión especial. Realmente todo tiene una pinta magnífica.
Hace poco descubrí el Fastvínc y visto lo excelente de su materia prima y su propuesta (originales bocadillos acompañados de más que correctas ensaladas y vinos a copas-vasos) sin duda me habéis convencido para que me decida a ir a su hermano mayor y conocer en primera persona la cocina de Sergi de Meià.

Lila Ortega
16 febrero 2011

UMMM DELICIOSO! ESE POSTRE DE MUSICO ME ATRAPA!

Sergi de Mei
25 agosto 2014

[…] conocido por la parroquia gastrofanática barcelonesa por sus seis años de fantástico trabajo en Monvínic, se ha establecido por su cuenta. El local elegido, en Aribau 106, me trae buenos y románticos […]

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