Estocomo

Casa Torner i Güell

martes, junio 1st, 2010 | Hoteles, Restaurantes, Resto de Catalunya

Tras un pequeño periodo sabático en mis obligaciones-devociones blogueras, regreso a la actividad con un par de incursiones en la cocina de Vilafranca del Penedès. La primera noche de nuestra escapada vilafranquina le tocó el turno al restaurante de Casa Torner i Güell, un pequeño -y recomendable- hotel, íntimo y coqueto, de diseño muy cuidado e inmejorable situación en plena Rambla de Sant Francesc, a un paso de la zona peatonal.

Local muy agradable de mesas amplias, casi tanto como los ventanales, tanto en los laterales como en el techo de la sala, que permiten una abundante entrada de luz natural -cuando la hay, no es el caso de las cenas-. La bodega a la vista, con algunas joyas locales a buen precio (Sot Lefriec a coste de bodega), completa un entorno elegante y romántico.

Carta de tamaño medio y un tentador menú de temporada a 35 euros que quedó en la recámara para la próxima visita.

Tras un refrescante aperitivo de berberecho y cítricos que auguraba una buena noche, empezamos compartiendo unas anchoas -carnosas, suaves, quizás algo tiesas para sobrepasar el notable- y una buena esqueixada, con abundante bacalao, fresco, sedoso y un punto bajo de sal compensado en parte por un contraste de olivada.

Como platos principales, un par de generosas raciones. La de vieiras, salteadas en buen punto, sobre una ligera crema de guisantes y culminadas con una emulsión de jabugo que, aunque no aguantó montada toda la vida del plato -somos algo lentos, lo reconozco-, le dio profundidad de sabor; la de cola de buey, melosa gracias al relleno de foie -que ponderó más en textura que en sabor- y, sobre todo, a la parsimoniosa cocción en sus propios jugos, pero contundente al paladar, arropada por unas delicadas alcachofas confitadas.

Acabamos con la bogeria de chocolate, un helado cremoso acompañado de un crujiente de cacao y un buen bizcocho, de textura compacta para aguantar sin problema como base de la mezcla.

Fieles a nuestros hábitos, vino de la tierra en forma de un notable Albet i Noya Reserva Martí de 2006, un acertado coupage -poco habiual en el predominio de monovarietales de Albet i Noya- de tempranillo, syrah, cabernet sauvignon y merlot, con el inconfundible toque del roble francés. Efusivo en nariz y complejo en boca, fue creciendo con la cena.

Muy buen pan rústico y aceite a la altura. Servicio correcto y maître con tablas y simpatía.

Todo ello, casi 50 euros por cabeza. Recomendable.

Post written by Daniel Muro

Tags: cocina catalana, Hoteles, Restaurantes, vilafranca del penedès

2 Comments to Casa Torner i Güell

Leave a comment