Barra Atlántica

domingo, febrero 12th, 2017 | España, Restaurantes

Barra Atlántica ha cumplido un año. En el madrileño y ajetreado barrio de Chueca, el tercer proyecto de Marcos Cerqueira y Iago Pazos cumple con la filosofía de los creadores del rompedor Abastos 2.0, luciendo producto y técnica en su novedosa visión de la cocina gallega, pero sin perder de vista el entorno en el que se ubica.

Restaurante Barra Atlántica  |  Madrid

Restaurante Barra Atlántica | Madrid

Y el éxito no puede ser mayor. Llenazo constante en la zona de barra y mesitas altas, y reserva necesaria para la media docena -si llega- de mesas convencionales, estas más ocupadas por turistas que por autóctonos.


En sus primeros tiempos, Barra Atlántica solo ofrecía en las mesas la fórmula única del menú -ojo, a precio razonable, poco que ver con las degustaciones que corren hoy día en demasiados locales gastro… y no tan gastro-, pero han flexibilizado el formato, y ahora se puede configurar la comanda a la carta.

El primer proyecto, Abastos 2.0, nació bajo el amparo del Mercado -de Abastos, efectivamente- de Santiago de Compostela, con la ya mencionada vuelta de tuerca a la culinaria gallega, y naturalmente marcado por el producto de temporada de las costas de Galicia. La Barra Atlántica sigue la línea.

Ya en el primer apartado de su carta, bajo el título Un puñado, las cáscaras del día (bereberechos, mejillones, percebes, almejas…), todas ellas a 10 euros. Y serán puñados, pero generosos. Muy bueno el de berberechos, en leve cocción. Pero mejor aún los percebes, de muy buen calibre y no menos perfecta cocción. Insisto, los percebes incluidos, a unos escandalosos 10 euros. Hoy por hoy, impensable en Barcelona.

El guiso de garbanzos, de pequeño calibre, luce fondo adictivo con el sabroso picante de su chorizo, pero acaba penalizado por la dureza de la legumbre.

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Berberechos & Garbanzos

Se reajusta la precisión en el canelón de centollo, en continente y contenido, que reinicia el paladar con abundantes muestras del crustáceo, gran clásico del Atlántico gallego.

Seguimos guiándonos por el dictado del mercado, ahora en forma de un tierno jurel, ligeramente soasado, y bien complementado por unos dados de calabacín y, sobre todo, por un notable puré de boniato del que podría nacer un spin-off de éxito.

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Canelón de centollo & Jurel

Cumple también el pulpo a la brasa. Y más sus patatas, realmente amorosas. El cefalópodo, sin mácula en la cocción, brilla más en aroma que en boca.

Como único colofón dulce, la Manzana 2.0, una fresca imnpregnación de gajos de Granny Smith con moscovado que puede disfrutarse también en la casa madre.

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Pulpo & Manzana

La elección de las copas, a cargo de nuestro esforzado camarero, de procedencia bastante más nórdica que Galicia y ejemplar amabilidad, que nos marida el evento con un par de godellos de Ventura, menos cremoso, de buena amplitud, y más fresco y con más nervio de lo que me tienen acostumbrado los Valdeorras.

Sin cafés -ni las empanadillas de cocido, que ya avanzo no perdono en la próxima-, 90 euros para 2 comensales adultos y nuestro trabajado proyecto de pequeña gourmet.

No puedo negar que O Loxe Mareiro, en Carril, quizás un punto más atrevido y con las vistas más atractivas de los 3 locales de los chicos del douspuntocero, es del que guardo mejor recuerdo, pero difícilmente me equivocaré recomendando la visita a cualquiera de ellos.


Post written by Daniel Muro

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