La Fonda Gaig

domingo, octubre 19th, 2008 | Barcelona, Restaurantes

Nueva visita a la Fonda del maestro Gaig y nueva demostración de que la cocina tradicional catalana tiene mucha vida por delante. Estoy seguro de que la Fonda ha sentado las bases para que algunos nuevos locales le sigan el juego y se desmarquen de la saturada propuesta de cocinas creativas. Eso sí, las premisas deben incluir una materia prima adecuada y unas preparaciones con mimo.

Fonda Gaig

Fonda Gaig

Como en mi última visita, empezamos con unas croquetitas de rustido, melosas, sabrosas… te viene el sabor del asado a la boca. De las mejores que he probado en Barcelona, con permiso de las de jamón del Retiro do Mariñeiro.


Seguimos con los macarrones cardenalicios con su suave crema de queso. Todo un golpe bajo para los cerrados de mente que creen que los macarrones son sólo para los niños. Una pasta artesana de buen nivel y una salsa que no engrasa más de lo que debe han convertido este plato en uno de los buques insignia de la carta.

La esqueixada de bacalao es otro éxito sin extravagancias, con láminas de patata confitada y un chorrito de aceite en crudo, que suaviza más si cabe las tiernas pizcas de bacalao. Y para el que prefiera el bacalao en su versión buñuelística, que ni se lo piense y se haga con media docenita, no se arrepentirá.

Otra buena opción son los canelones, aunque deberemos liberar nuestra mente del recuerdo de los del estrellado Gaig del hotel Cram, ya que la comparación podría resultar un duro handicap.

Para los segundos, apostamos esta vez por un conejo a la brasa con all-i-oli, perfecto para los que disfrutan usando las manos y apurando pacientemente los huesillos, y las albóndigas con sepia, uno de los muchos platos de la Fonda que parecen hechos para que se luzca su magnífico pan de hogaza. Y es que las salsas consistentes, casi gelées -como dirían los entendidos-, son uno de los grandes puntos fuertes de la casa, y si alguien no se lo cree, basta con pedir el pollo de Gratapallers a la cazuela y dejarse a mano la panera.

Aunque en esta ocasión no las probamos, las alcachofas son también más que recomendables, ya sea acompañando a las vieiras, o por sí solas.

En los postres, como he tenido algunos altibajos en mis visitas, optamos por ir sobre seguro y nos decantamos por el recuit de drap con miel y por el hojaldre con crema, que ya había probado -y gozado- con anterioridad. No defraudaron.

Y si con los postres fuimos sobre seguro, con el vino no nos quedamos atrás y ante la indisposición temporal del stock de Pago de Capellanes, nos dimos un homenaje con un aterciopelado Hacienda Monasterio que, a pesar de sus casi 15 gradazos, se mostró delicado casi desde el principio.

Buena cocina, materia prima de calidad, precios contenidos… ¿hace falta algo más?


Post written by Daniel Muro

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3 Comments to La Fonda Gaig

[…] primer envite tenían un duro oponente con la referencia -y siempre odiosas comparaciones- de la Fonda Gaig, ya que son platos que bordan allí y que teníamos muy presentes. Ambos superaron la prueba, […]

[…] buen tomate y acorde aliño, ligeramente avinagrado -en el mejor sentido-. A diferencia del de la Fonda Gaig (la mejor esqueixada que he comido últimamente), la de Fermí se ciñe más al estilo tradicional, […]

Gaig (II) | Estocomo
10 diciembre 2012

[…] Mientras deliberamos sobre el vino entran los snacks, unas galletitas de hojaldre y aceitunas negras, unos crujientes de parmesano, un par de buñuelitos de bacalao -muy buenos, recuperando el nivel perdido en mi última experiencia- y unas sensacionales croquetitas de asado que me recordaron el excesivo tiempo que hace que no paso por la Fonda Gaig. […]

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