Estocomo

Manairó

domingo, octubre 4th, 2009 | Barcelona, Restaurantes

Manairó es quizás el restaurante barcelonés menos mediático de los bendecidos con estrella en la famosa guía roja. Sin levantar la voz, pero con un discurso claro, directo y en absoluto exento de personalidad, ha alcanzado también el estrellato más importante, el del estómago de los buenos aficionados a la cocina catalana.

Manairó siempre ha sido un fiel exponente de respeto al producto, y tanto su carta como los resultados en el plato así lo demuestran, independientemente de que te decidas por uno de los clásicos de la casa o que te lances a las nuevas elaboraciones de temporada.

Preferimos no optar por ninguno de los menús degustación propuestos y decantarnos por una fórmula habitual en nuestras cenas: un entrante a compartir y un segundo por cabeza. Teniendo en cuenta que la mayoría de locales de este nivel ofrece complementos en forma de snacks, aperitivos, panes diversos, prepostres y petit-fours, y que mi maravillosa partennaire Xocolata tiene una modesta capacidad estomacal, nunca hemos acabado con hambre una cena (¡qué malos son los falsos mitos!).

Lo dicho, tras la amable recepción y apenas sentados en la mesa, un par de snacks a base del explosivo xof de pan con tomate (una refrescante sferificación) y una acertada minitostada de paté de sardinas a la brasa.

Saltamos de los snacks a los aperitivos de la casa, con una sabrosísima croqueta de pollo asado con aceite de picada, que veía reforzado su crujiente gracias a un segundo rebozado en fideos chinos. Completaba el pack de entrantes la minipizza de gorgonzola, que es en realidad un muy buen buñuelo de queso, tomate y orégano.

Pasamos al entrante a compartir, un empedrat de navajas y bacalao tibio dividido en dos medias raciones (¿por qué en muchos de estos locales se muestran reticentes a que los comensales compartan un plato en medio de la mesa?). Excelente materia prima, principalmente el bacalao, que también lució un extraordinario -y leve- punto de cocción.

En los segundos, dos clásicos donde los haya. El primero, el solomillo de buey al fakir cook. La famosa parrilla de clavos ardientes de Jordi Herrera suele lograr unas carnes especialmente jugosas y aromáticas. Así fue.

Completó el cartel un señor rape con garbanzos y butifarra negra, aprovechándose del inicio de la temporada de setas en su acompañamiento. Conjunto equilibrado, pero por encima de todo un nuevo homenaje al producto de calidad.

Ya en el apartado de los postres, aperitivo a base de una original caipirinha, compuesta por cachaza y granizado de té, que no lució excesivamente, y culminación a cargo de la torrija de Santa Tresa, con pasas y contrapuntos de helado de queso fresco y crema de limón. Mucho mejor.

En cuanto a la bodega -por cierto, rica en opciones entre 20 y 30 euros-, un Penedès corpulento y con brío, el Tayaimgut 2004, un coupage de merlot y cabernet sauvignon que suplió con mucha fuerza -para Xocolata, hasta demasiada- al agotado Les Sorts.

Con una infusión digestiva, una botella de agua -la galesa Tau-, y un irreprochable servicio de sala bajo la batuta de Oriol Muñoz, algo menos de 140 euros.

No estaba presente Jordi Herrera, pero su segundo, Roger Viñas salió a interesarse por el nivel de satisfacción de sus huéspedes. Tras felicitarle por la excelente cena, aprovechamos la ocasión para indagar acerca del paradero de Xavier Gruber -un talento salido de Manairó-, que se hizo cargo de la cocina del Syrah (en el hotel Skipper, antes propiedad de AB, ahora de Pullman) con magníficos resultados, pero que parece que se han visto truncados por el cambio de dirección en el hotel. Habrá que seguir sus pasos. Los de Manairó siguen firmes.

Post written by Daniel Muro

Tags: barcelona, cocina catalana, estrella, fakir cook, michelin, Restaurantes

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