Dassa Bassa

martes, octubre 28th, 2008 | España, Restaurantes

Aprovechando mi fugaz visita a Madrid, qué mejor que pasarme por casa de Darío Barrio y comprobar si su menú de mediodía está a la altura de sus platos estrella de la carta.

 

Dassa Bassa - Madrid

Dassa Bassa - Madrid

Así pues, entro en Dassa Bassa, guardo la corbata en el maletín y pido mesa para uno (qué raro se me hace, qué poco acostumbrado estoy a ir solo a comer fuera). A pesar de mis dudas iniciales sobre la disponibilidad de mesas sin reserva, éstas se disipan enseguida al ver que el local está al 50% y que voy a tener una plácida sesión gastronómica. Tanto quejarme de la crisis y aquí juega en favor de mi comodidad…


A pesar de que la carta me tienta con platos como su ya famoso huevo con espuma de patata y trufa, opto por moderar el gasto y pido el menú ejecutivo (¿ejecutivo yo? ¡casi me da vergüenza pedirlo por ese nombre!).

Después de un par de aperitivos resultones, como el gin-tonic (con el gin esferificado y sumergido en un chupito de tonic), y el capuccino de tapioca, paso a los platos más serios. De primero, a elegir entre la ensalada de dos salmones, las lentejas con confit de pato o el arroz del día, del que no puedo dar detalles ya que al ver las lentejas me obnubilé y perdí de vista las otras dos opciones. ¡A por ellas! La verdad es que estaban muy bien y que el confit no les quedaba nada mal -pensé incluso que hubieran podido culminar su relación con el pato con unas virutillas de foie-, pero quizás por tener muy presente el referente de las de mi mujer, no aluciné como esperaba.

De segundo, las opciones eran la dorada con tomate y muselina, la gallina en pepitoria y el morcillo guisado con pasas. En condiciones normales me hubiera decantado por la dorada, ya que parecía más ligera y no como tanto pescado como debiera, pero hacía tiempo que no probaba una pepitoria y pedí la gallina, bien resuelta y jugosa.

De postre, un tiramisú. Todo un clásico en mis elecciones, aunque en este caso era obligado ya que no había alternativa -sin salirme del menú, obviamente-. Aquí se notaba más la mano creativa de Darío que en el resto del menú, ya que lo sirven en copa para no esparcir el mascarpone -una versión muy suave-, el bizcocho está mucho más empapado en café que en licor, dándole un toque diferente, apenas dulce, y acompañado del contraste de un cremoso de frutos rojos.

Buena relación calidad-precio y comida más que satisfactoria, aunque lejos del nivel (y del precio, para qué negarlo) de los platos de carta. ¡Un gustazo antes del fin de semana!


Post written by Daniel Muro

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1 comentario to Dassa Bassa

Saüc | Estocomo
29 octubre 2008

[…] con lo poco

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