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Fermí Puig

miércoles, diciembre 11th, 2013 | Barcelona, Restaurantes

Cuando anunciaron el cierre de Drolma y la desvinculación de Fermí Puig del grupo Majestic leí algunas declaraciones del chef comentando sus deseos de iniciar un proyecto más íntimo, más cercano, en un local más pequeño, con pocas mesas.

Eso explica mi inevitable cara de sorpresa al entrar en el nuevo Restaurant Fermí Puig, muy generoso en superficie y con muchas más mesas de las que disponía el lujoso ex-restaurante del Majestic. Ojo, prácticamente todas llenas un martes al mediodía.

Tras la recepción de alta escuela de Alfred Romagosa -¡qué gran tandem creó con Fermí en Drolma!- y un pequeño snack, empezamos compartiendo una ración de setas -se cierra una temporada de rovelló que prometía más-, de tamaño medio y muy buen aroma, ligeramente confitadas y salteadas con ajo y perejil.

También a cuatro manos, dimos buena cuenta de la terrina de conejo y pollo confitados, sabrosa y bastante más melosa de lo que suelen ser estas elaboraciones, acompañada de unas verduritas laminadas y suavemente escabechadas.

Ya en los segundos, un tierno civet de ciervo, con una contundente -¿demasiado fuerte, tal vez?- salsa al vino tinto. La ración, perfectamente mesurada, y un buen pan ayudaban a enfrentarse a la gran potencia gustativa del plato.

Excelente la pilota d’escudella, probablemente la gran protagonista del ágape, con garbanzos, patata y col, aunque esta última con los tallos algo duros -no creo que Fermí buscara esta textura pero, si es así, me temo que yo la hubiera preferido más amorosa-.

En los postres, muy correcta la tarta de queso con frutos rojos, y un digestivo y refrescante melón -¿tratado mediante osmosis al estilo de la piña de Vivanda?- con un impecable cremoso de lima y un granizado de gin que, personalmente, acercaría más a la textura de sorbete para evitar la sensación de escarcha propia del granizado.

A copas, de entre las opciones que se presentan en un práctico carrito de vinos, nos decantamos por el elegante coupage de garnacha y syrah de Paul Jaboulet Aîné, Parallel 45 (Côtes du Rhône).

Con un café y aguas diversas salió todo por 85 euros para dos comensales. Teniendo en cuenta que algunos de los platos que configuró nuestra elección están en el rango bajo de la carta, el precio medio bien puede situarse en los 50 por cabeza. Para los que quieran ir sobre seguro, disponen de una fórmula de mediodía por 35 euros por persona, y otra de 45 para la cena, todo incluido.

Puede que los precios no sean el punto fuerte del local, pero con unos ajustes en cocina -con Fermí tras los fogones no dudo que así será-, esta propuesta elegante de cocina clásica catalana puede dar mucho juego. Lo que nadie puede negar es que, a unos meses de su estreno, ya tiene su público fiel.

Post written by Daniel Muro

Tags: alfred romagosa, barcelona, civet, cocina catalana, drolma, eixample, escudella, fermí puig, Restaurantes

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