Can Xurrades

miércoles, septiembre 9th, 2015 | Barcelona, Restaurantes

El nuevo local de Can Xurrades me trae buenos recuerdos. Allí había disfrutado de la buena cocina de César Pastor y su Colibrí. La propuesta de Can Xurrades es, obviamente, muy distinta, manteniendo una acertada selección de producto como nexo entre los dos mundos.

Restaurant Can Xurrades  |  Barcelona

Restaurant Can Xurrades | Barcelona

La sala apenas necesitaba retoques, así que la mudanza desde el local de Gràcia debió resultar placentero. Espacios amplios, techos muy altos e interiorismo elegante. Mi debilidad, ese larguísimo pasillo acristalado con bodega a la vista que invita a atraverse más en la selección de referencias.


Laborable por la noche y la enorme sala queda algo fría con pocos comensales, pero sin tiempo a lamentarlo llega el aperitivo de la casa, una premiada tapita de trinxat de butifarra y foie del que se muestran orgullosos. Sus motivos tienen. Jugoso, con el matiz dulzón de la cebolla caramelizada bien compensado con la profundidad de una reducción de cerveza y el salado de unas lascas de cecina deshidratada.

Probamos también las esféricas croquetas de setas y foie, servidas sobre una pequeña cama de mermelada de fresa y un punto de guindilla que, de notarse más, las hubiera hecho algo más canallas -en el buen sentido, se entiende-.

Estupendas anchoas Sanfilippo en aceite de oliva. Tal cual salen de la lata, al plato. Sin trampa ni cartón, litúrgica apertura delante del comensal y emplatado de la docena de suaves filetes del Cantábrico. Hay que moderarse con el pan de payés con buen aceite arbequino y tomate -o sin él, es el comensal quien lo prepara-, que esas anchoas no merecen enmascararse. El precio tampoco, así que se pagan a precio de colmado.

Para no penalizar en exceso lo que ha de llegar, completamos los entrantes con una ensalada de buen tomate de Barbastro, muy carnoso, con cebolla dulce y ventresca de bonito, menos brillante que el protagonista del plato.

Trinxat  &  Anchoas

Trinxat & Anchoas

Como plato fuerte, la degustación de carnes. Recibe el nombre de Lo sublime -quizás algo pomposo-, y se compone de un completo muestreo de chuletones en el que se citan hasta 5 diferentes razas y procedencias: terneras de Girona y gallega; vaca de Ávila, y bueyes de Salamanca (Morucha) y León (Bos Taurus Ibéricus), con nada menos que hasta 60 días de maduración. Salen apenas marcados para que sea el comensal quien le dé el último toque a su gusto en la piedra.

Para acompañar los 400 gramos de locura carnívora, buenas patatas fritas -conviene decirlo: que sean buenas es mucho menos habitual de lo que se podría esperar- y unos pimientitos de padrón.

En todas las piezas notorias virtudes, aunque no esperaba que la ternera gironina se resistiera más que las demás en boca. Y aun con la grasa peor integrada que en carnes de estilo wagyu, sí cumplió las previsiones de profundidad y matices gustativos el Bos Taurus, vencedor de la particular degustación. Eso sí, sus virtudes encontraron competencia en la ternura y melosidad de la vaca de Ávila.

Croquetas  &  Tomate de Barbastro

Croquetas & Tomate de Barbastro

La carta de vinos, más prolífica en el actualmente difícil de justificar binomio Rioja+Ribera que en referencias autóctonas. Pues ni unos ni otros, nos decidimos por un clásico de Navarra, el Chivite Colección 125 de 2010, un elegante tempranillo de buen equilibrio entre frescor y madurez, con 95 puntos Peñín bien ganados y una interesante relación calidad-precio.

Para completar el ágape, momento dulce con agradables reminiscencias ochenteras en los golosos fresones flambeados con armagnac y ligeramente espolvoreados de pimienta.

Bos taurus  &  Fresones flambeados

Bos taurus & Fresones flambeados

Con aguay sin cafés, algo más de 50 euros por cabeza.


Post written by Daniel Muro

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