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99 Sushi Bar

viernes, septiembre 16th, 2016 | Barcelona, Restaurantes

El nuevo 99 Sushi Bar de Barcelona es ya el quinto local que abre el Grupo Empresarial Bambú, aunque el primero fuera de Madrid. Allí, el éxito les ha acompañado desde sus inicios, alcanzando en su local del NH Eurobuilding, justo al lado de DiverXo, 2 soles de la Guía Repsol -que no solo de guía roja vive el hombre-.

Hacía tiempo que se rumoreaba con una apertura en Barcelona, y el local de Tenor Viñas, frente al Turó Park y al lado de la magnífica charcutería Aspic -ojo a sus muslitos de codorniz-, parece una muy buena elección.

Amplitud de espacios y ambiente sosegado y sofisticado, de los que invitan a una relajada inmersión nada más entrar. Barra confortable para los que sean de show-cooking. Y el interiorismo, vistoso pero elegante, características que se observan también en la carta.

Brindis inicial con Veuve Clicquot, pausado, que el listado de elaboraciones es extenso y sugerente, por lo que la elección no es fácil.

Por exigencias de temporada, el erizo de mar cede su puesto en el Cóctel a la anguila, que se presenta también en bastoncillos, en perfecta tempura, y con un atadito de algas para darle consistencia y volumen. Todo listo para mojar en una salsa de yema de huevo. Golosísimo.

Alguien de fiar me recomienda la tempura de langostinos tigre, uno de los platos míticos del local inicial. Aprovecho la apetecible presentación para ilustrar la cabecera. Troceados, sobre cama de mezclum y bañados en cremosa salsa con recuerdos a kimchi y su correspondiente punto picante.

El rodaballo no es un habitual coronando los nigiris. Aquí demuestra que nada se lo impide. Jugoso, ligeramente flambeado y aderezado con notas de aceite de cilantro.

No acostumbro a pedir los gunkan, que me suelen parecer más bien aburridos. Aquí lo hago. Y descubro que aquí hay que hacerlo. El elegido, rebosante de sedoso tartar de toro con tanuki.

La única carne de la noche hace su aparición dando vida a otro nigiri. El de hamburguesa de wagyu, de excelente calidad y apenas asustada por el fuego. Unas finísimas patatitas paja juguetean con el crujiente y con la combinación de sabores made in USA.

Nos vamos al temaki de cangrejo real de Alaska, jugoso, de equilibrado interior crujiente-terso y notas picantes, quizás en ración excesivamente grande para disfrutarse en un formato de varios platos.

Descomunal el bacalao negro, también de Alaska, con dos capas de miso rojo y una textura tremendamente tierna y melosa. Nos miramos con complicidad, rememorando la experiencia de Nobu años atrás. Puede que no tenga tan fresco el recuerdo como para comparar virtudes -habrá que volver-, pero convenimos en que poco, o más bien nada, tiene que envidiarle. Imprescindible.

Entre las opciones dulces, que nos cuentan fuera de carta, el tiramisú de té verde. Dulzor moderado -cada día lo prefiero más- y, sin la cremosidad del convencional -cuando está bien hecho, que tampoco hay tantos-, pero de agradables matices y ejecución técnica irreprochable.

Riega el ágape el gewürztraminer alsaciano de Zind Humbrecht, en su añada de 2012, sin pretensiones ni demasiadas complicaciones pero cumplidor, con trabajo de lías, muy en la línea de lo esperado de este buen productor.

En la sobremesa, sake de cortesía. Un detalle.

Los precios, también de altura, que no inmerecidos. 110 euros por cabeza.

Será el quinto elemento, pero el 99 Sushi Bar de Barcelona es un japonés de lujo en todos los sentidos. Yo ya quiero volver.

Post written by Daniel Muro

Tags: bacalao negro, barcelona, cocina japonesa, langostinos tigre, nigiris, Restaurantes

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