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La Mar Salada

domingo, febrero 19th, 2017 | Barcelona, Restaurantes

Apetecía un arroz y olor a mar. No es el único, hay más, pero no tantos. La Mar Salada es uno de los escasos reductos de la Barceloneta en los que los barceloneses podemos seguir disfrutando, sin riesgo a equivocarnos, de una cocina marinera, directa y honesta, en el fondo y en las formas.

Mediodía de domingo y la terraza dispone aún de un par de mesas libres. Preferimos el resguardo de la sala y solo la reserva previa nos lo permite. Local completo. Ya es buena señal en una zona en la que algunos restaurantes tratan de pescar más en la calle que en las costas.

Recepción cordial -buena dirección y equipo de sala, por cierto- y repaso pausado a la carta para confirmar una de las reflexiones facilonas del momento. El Delta es tendencia en Barcelona. Ostras, arroces, anguilas… incluso mejillones, circulan -no sin merecimiento- por las cartas de la ciudad.

Las ostras son buena opción para hoy. Del Delta, por supuesto, y en este caso en un calibre de selección especial que luce lo suyo. En boca no menos, tanto las 4 al natural como otras tantas aliñadas en riquísimo ceviche, tan picante como cítrico, tan intenso como refrescante.

La sardina, injustificadamente, no cotiza tanto. La vanguardista coca de la casa, sospecho que culinariamente bastante más compleja de lo que aparenta, con los lomos ahumados de ese maravilloso y maltratado pescado, un ejemplo más de la injusticia.

Aparece el arroz. Hay media docena en la carta oficial, pero vamos al del día, marinero, con sepia y gambas de la Barceloneta, en perfectísima cocción del arroz -del buen arroz- y un fumet de altos vuelos que engancha al comensal dejando suelta la gramínea. Solo las gambas acaban algo maltrechas tras sacrificarse por el equipo, cediendo su esencia al conjunto. Repetimos. Y otra más.

Aun así, nos sobra. Y aquí otro detalle, ya que nos lo guardan para llevar por iniciativa propia, predicando con el ejemplo en el tema del reaprovechamiento de la comida, últimamente muy presente en los medios gracias a la iniciativa contra el despilfarro apadrinada por Ada Parellada y secundada cada día por más locales, pero muchos menos de los que debiera.

Muy buen flan de café, más crema que gelatina, con un sorbete de mandarina que refresca… aunque no haga mucha falta. Nuestra pequeña acompañante tiene antojo de helado de chocolate, que llega en moldeada quenelle.

Con aguas varias, un par de copas del correcto brut nature de Vendrell Olivella y dos más de la perfumada garnatxa blanca de Hereus (Terra Alta), 40 euros por cabeza.

Post written by Daniel Muro

Tags: arroces, barcelona, barceloneta, ostras, paellas, Restaurantes

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