La Volàtil

domingo, octubre 15th, 2017 | Barcelona, Restaurantes

No voy a seguir con aquello de que los vinos naturales son tendencia. Ya ha llovido lo suyo desde el inicio de su boom y ahí siguen, superando el efecto efímero de las modas e, incluso, creciendo en su oferta y, para qué negarlo, me atrevería a decir que también en su calidad. Y si se han hecho su hueco en el mercado es, en buena medida, gracias a locales que les están dando protagonismo. La Volàtil fue uno de los primeros en apostar fuerte por ellos.

Restaurante La Volátil  |  Barcelona

La Volátil Bar de Vins | Barcelona

Céntrico, pero suficientemente apartado del núcleo más turístico, La Volàtil es un negocio familiar, de los hermanos Company, Víctor y Susanna, montado con mimo y buen gusto, con forma y fondo de bar de vinos, desde el nombre -referencia a la acidez producida por las fermentaciones- hasta el interiorismo del local, que incluye una preciosa estantería-bodega repleta de botellas con muy buenas intenciones y, en la medida de lo posible, la mínima intervención de los elaboradores.

Tapas y platillos para acompañar los caldos. Carta actual, con mucha presencia para el producto, una técnica muy correcta y elaboraciones reconocibles, sin grandes complicaciones, con un buen ramillete de ellas tradicionales, algún guisito incluido. Y hay croquetas, por supuesto -¿cómo vivíamos hace una década los croqueteros?-. La nostra es de pollo, con bechamel clásica y buen regusto casero del sofrito de cebolla.

El punto más sofisticado de la noche en la combinación de ingredientes lo pone el blini de caballa, eficaz, con almendras y el cremoso hilo conductor del yogur.

Croquetas  &  Blini

Croquetas & Blini

Los chipironcitos están fuera de carta, como tres o cuatro opciones más, pero somos informados de los precios de todas ellas –que n’aprenguin!-. Llegan a la andaluza, frescos, muy tiernos, en excelente fritura. Eso sí, la ración, algo escasa, tienta con un bis que rechazamos.

Nos contenemos, en realidad, para el canelón rustido, señor canelón, también de perfil casero -para los que en su casa trabajen con acierto los fondos de carne-, y también recomendable.

Chipironcitos  &  Canelón

Chipironcitos & Canelón

Dignísimo steak tartar cortado a cuchillo, con buenas patatas fritas -¿soy yo o vuelven a verse patatas comme il faut tras años de maltrato?-.

Y de notable alto los callos, con su chispa picante y buena densidad, y la inmejorable compañía de unos garbanzos tiernos, cremosos, que incluso roban plano al conjunto.

El pastel del día, a cargo de la madre, es sencillo pero… casero, cómo no. Repostería de estilo alemán. Puede que aquí estemos acostumbrados a masas más esponjosas, y sin duda la capacidad antioxidativa de los arándanos no compensará la cantidad de azúcar que lo convierte en una bomba dulce, pero lo cierto es que tiene su punto.

Callos  &  Pastel

Callos & Pastel

De la amplia oferta de vinos naturales -no tantos a copas- , bien por el xarel.lo italiano (Valdibella 16, Ninfa, Sicilia), mejor el viognier del Ródano (Plein Sud, Vignerons d’Estezargues 16), y solo nos deja algo fríos el Coruña del Conde 16, Burgos, Funky Red).

Los platillos, los vinos y un buen ambiente, por unos 30 euros por cabeza en una correcta relación calidad-precio.


Post written by Daniel Muro

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