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Coure

martes, octubre 7th, 2008 | Barcelona, Restaurantes

En palabras de un seguidor de la antigua LOGSE, la cocina de Albert Ventura progresa adecuadamente. En realidad, Coure ya ha alcanzado el notable y parece convencido de presentarse a subir nota.

La estrategia comercial ha funcionado bien. El buen menú degustación a precios más que moderados de hace no demasiado tiempo, no le sirvió para rentabilizar a corto plazo la inversión, pero sí para darse a conocer en el panorama gastronómico barcelonés. Cuando el reconocimiento popular se lo permitió, fue ajustando más los precios a lo que en realidad estaba ofreciendo. Pero no sólo han crecido los precios, sino que la mesa ha alcanzado también la mayoría de edad. Quizás, si el Kresala hubiera seguido el ejemplo en lugar de lanzarse de salida a la carta de 40 por plato, otro gallo le hubiera cantado y seguiría vivito y cocinando.

Así, en las últimas Jornadas Gastronómicas de un servidor y sus colegas de afición, dejamos que Albert escogiera por nosotros y nos presentase de nuevo su menú degustación. Algunos de los platos, viejos conocidos, parecieron haber mejorado. Sólo un fallo visible, concretamente en el punto del pescado (demasiado poco hecho, algo poco habitual ya que los restaurantes suelen pecar por exceso más que por defecto), enturbió algo el excelente resultado final del menú.

Para empezar, después de los snacks, más que correctos pero que cada vez sorprenden menos en todas partes (deberían plantearse recurrir a los clásicos de calidad, como las aceitunas de Kalamata del Àbac), tocamos techo con una sublime sopa de cebolla con huevo a baja temperatura, quinoa y un artesanal ravioli de queso Comté. Espectacular, nada más que decir. Como recuerdo queda la foto que ilustra el post.

Continuamos con el atún con yogur y remolacha, que demostró mejoras notables en el atún respecto a la anterior visita, y pasamos de repente a una contundente ‘ensalada’, confeccionada a base de unos melosos ‘peus de porc’ deshuesados y manzana.

Llega ahora el momento del pescado, en este caso un mero que hubiera agradecido un par de minutillos más de cocción. Lástima, el único punto oscuro de la cena. El cordero lechal con cebolla, miel y un jugosísimo risoto a la salvia nos reconduce a la senda adecuada, cerrando los platos salados con buena nota.

En los postres, dos claros aciertos. Primero, un refrescante y desengrasante canelón de lichi y coco, con sorbete de mandarina y granizado de fruta de la pasión, que deja como nuevo el paladar tras la aventura del cordero lechal. Después, un enorme -culinariamente hablando- borracho de almendras con cremoso de chocolate y helado de vainilla, goloso y bien conjuntado. Sólo de pensar que comparto mi vida e inquietudes con alguien que ha empezado a formarse en la misma escuela (Espai Sucre) donde lo hizo Joan Grimal, el pastelero de Coure, se me pone la carne de gallina…

Volviendo al tema, todo ello regado con un Astrales, de los mejores Ribera del Duero en relación calidad/precio que he probado últimamente, y una botellita de Bertha Segle XXI, uno de mis cavas predilectos, a pesar de tener que pedirlo siempre en restaurante por no encontrarlo en tienda.

Los rumores apuntan al estrellato. No sé si este año ya está preparado para ello, quizás deberían dejarle crecer un poco más. Lo que es seguro es que lleva el camino correcto.

Post written by Daniel Muro

Tags: albert ventura, barcelona, coure, michelin, Restaurantes

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