Lluçanès (II)

sábado, octubre 24th, 2009 | Barcelona, Restaurantes

Segunda visita del año al Lluçanès de Ángel Pascual. El listón estaba realmente alto, ya que de la primera salimos entusiasmados.

Restaurant Lluçanès  |  Barcelona

Restaurant Lluçanès | Barcelona

Respecto a nuestra experiencia anterior han incluido un menú de temporada a 39 euros, vigente de martes a viernes (el viernes sólo al mediodía), pero un día es un día y nosotros nos decantamos por la opción intermedia, de tres tapas, cinco platos y dos postres. Con el largo de tres tapas y diez platos no nos atrevimos.


Unas chips para aguardar la espera inicial y mirar con calma la carta de vinos y, en pocos minutos, ahí teníamos nuestras tres tapas, gustándome especialmente el taquito de bacalao confitado con aire de jengibre. El gazpacho verde con langostino y un pequeño flan de huevo con salsa de foie tampoco desmerecieron.

Pasamos a los platos principales con el carpaccio de toro de atún, delicado, parecía ligeramente soasado, que envolvía un melosísimo tartar de vieiras. Como complemento otro tartar, en este caso de setas, que para mi satisfacción fueron un elemento común en esta versión otoñal del menú degustación.

Bacalao con aire de jengibre  &  Sashimi de atún con tartar de vieiras

Bacalao con aire de jengibre & Sashimi de atún con tartar de vieiras

El verat, en suave escabeche de vinagre de manzana y en magnífica compañía de cebolla dulce y de la eclosión de sabor de un aparentemente sencillo tomate cherry, me recordó al que disfruté en Can Jubany -el de Nandu es quizás el mejor que he probado nunca-.

En el ecuador, un clásico de la casa, el canelón de pollo de pata negra con virutas de foie y bechamel de idiazábal. Suave, aromático, muy buena pasta artesana, aunque el relleno estaba algo más compacto que en mi anterior visita a Lluçanès.

Magnífico rodaballo salvaje sobre cremoso de patata violeta, con crujiente de pies de cerdo, setas y romesco. Certero toque de lavanda que no sólo juega con los tonos violáceos del plato, sino que aporta amplitud de aromas. Jugoso e intenso, para mí el mejor plato de la cena -y no era tarea fácil-. Se merece la imagen de cabecera del post.

El quinto de la noche, la terrina de cochinillo, melosa, se ayudaba del contraste de sabores y texturas con el punto dulzón de la manzana y de un curioso crujiente de pies de cerdo. Unos buenos rovellons redondeaban el plato y acababan de reforzar mi predilección gastronómica por el otoño.

Terrina de cochinillo con manzana y setas  &  Brownie de chocolate negro con helado de chocolate blanco

Terrina de cochinillo con manzana y setas & Brownie de chocolate negro con helado de chocolate blanco

Su clásico tocinillo de cielo trufado con helado de cardamomo, en funciones de prepostre, dio paso a un lujurioso brownie de chocolate sobre sopa de chocolate con leche, y bajo helado de chocolate blanco y un toque de granizado de café y ron.

Regando el repertorio de Ángel, un Pomerol elegante donde los haya -a precios razonables-, el Château Lafleur Gazin 2005, un sedoso Burdeos no demasiado fácil de encontrar, que en Lluçanès se puede disfrutar con un margen ajustadísimo (no hay que hacerse ilusiones, no pasa en todas las referencias de su carta de vinos).

Correcto triplete de panes (rústico, aceite y cereales) y estupendo servicio, más ajustado y resuelto respecto a la anterior visita, con Rosa Morera como agradable directora de sala.

Mantienen el nivel, extraordinario de principio a fin. El listón sigue muy alto.


Post written by Daniel Muro

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1 comentario to Lluçanès (II)

Az-Zait | Estocomo
11 enero 2010

[…] lo cierto es que mis dos últimas incursiones en el rodaballo (sobre todo la sensacional del Lluçanès) han resultado todo un éxito. Risotto de boletus y foie & Rodaballo con espárragos y setas de […]

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