Dos Palillos (II)

martes, marzo 15th, 2011 | Barcelona, Restaurantes

Semana grande. Del ‘Koy’ de Hideki al ‘DosPa‘ de Albert. Dos Palillos es uno de esos restaurantes a los que no me canso de ir. Ya no me asusto con el preámbulo cutre-ochentero de la entrada, ya no me sorprende la transformación de la atestada barra de un bar aparentemente vulgar en un atelier asiático glamouroso y refinado, pero sigo disfrutando como un crío con los menús de Raurich y con cada una de las novedades que va introduciendo en su propuesta.

Restaurant Dos Palillos  |  Barcelona

Restaurant Dos Palillos | Barcelona

En esta ocasión éramos tres y las esquinas de la barra no estaban disponibles, pero pudimos sentarnos en la parte final de la barra, lo que nos vino de perlas para poder ir comentando entre todos tanto los platos como el show-cooking. Como casi siempre, directos al menú Un Palillo.


Cocktail de sake bienvenida acompañando unas lascas de mojama. También a modo de snack hizo su aparición el primer plato del menú, los piñones a la cantonesa, crujientes, tostados al máximo -justo para no llegar a amargar-.

Otro de los aperitivos clásicos del local, el won-ton de cerdo, frágil, saladito, mostró sus bondades y, de paso, las deficiencias del supuesto won-ton de la mayoría de locales asiáticos de la ciudad.

Y de un clásico a otro, llegó el hígado de rape con algas y gelatina de yuzu. Creo que lo he comido en todas y cada una de mis visitas al Dos Palillos, pero sigo disfrutándolo como si fuera la primera -y precisamente eso parece cuando trato de coger con palillos la escurridiza gelatina de yuzu…-. Si no lo es ya, este plato acabará convertido en santo y seña del local.

Desengrasamos con el aemono de pulpo con karashimiso, una refrescante ensalada de pepino, con el pulpo mucho más al dente de lo que estamos acostumbrados a disfrutar por estos lares.

Hígado de rape con algas  &  Ensalada de pulpo

Hígado de rape con algas & Ensalada de pulpo

Pasamos al chawanmushi al vapor con erizos de mar, una elaboración para paladares atrevidos, de textura cremosa cercana a unas natillas claritas, con toda la potencia de sabor de los erizos.

La tempura del día consistió en un mediterráneo trío de boquerones, en este caso orientalizados por el relleno de umeboshi -una ciruela japonesa fermentada- que, junto a la de anémona del mismo local, la de tomate cherry y mozzarella de Mas Pau o la de kokotxas de bacalao y aceituna negra de La Terraza del Casino, se va directa al registro de tempuras memorables.

Pasamos a una generosa ración de empanadillas a la plancha –gyoza– de cerdo, quizás el menos sabroso, lució menos que sus compañeros de viaje.

Tempura de boquerones rellenos de umeboshi  &  Empanadillas de cerdo

Tempura de boquerones rellenos de umeboshi & Empanadillas de cerdo

El wok de la noche, de gambitas, salteadas -puede que un minutito de más- con una mezcla de salsas. Se lleva un bien, aunque resulta algo más monótono que el que preparan de verduras variadas -ufff, esas panochitas…-.

No podían faltar los makis -a montar por el propio comensal- de una descomunal ventresca de atún, ligeramente soasada, de textura mórbida y untuosa e intenso sabor que se funde armoniosamente con el del arroz. Bestiales.

Acabamos el apartado salado con su habitual yakitori de pollo, una brocheta con un toque lacado agridulce y el buen regusto de la brasa.

Como a Xocolata no acaba de hacerle gracia el coco, cambiamos el flan de mango y coco, por una divertida elaboración de huevo a baja temperatura bañado en un almíbar -sí, sí, no hay ningún error-, a combinar con un helado de hojas de panda. Parece raro visto así, pero en el fondo ¿no es el huevo es uno de los ingredientes más habituales en los postres?

Juevo a baja temperatura en almíbar con helado de panda

Huevo a baja temperatura en almíbar con helado de panda

Regando el ágape, el riesling de Zilliken, Butterfly 2008, mineral, suave, cítrico y algo menos amielado en nariz de lo que es habitual en su región. Junto a 3 botellas de agua, 190 euros a dividir entre 3 más que satisfechos comensales.


Post written by Daniel Muro

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4 Comments to Dos Palillos (II)

arantxi
15 marzo 2011

Pozi, vaya semanita me llevas! 😉

Ahora me has dejado con la duda: Dos Palillos o Shunka????

Saludos

Estocomo
15 marzo 2011

Uff.. me pones en un compromiso, Arantxi… ¡¡me quedo con los dos!! Si tuviera que escoger solo uno, probablemente me decantaría por Dos Palillos, pero los dos tienen un nivelón culinario.

Koy Shunka tiene a favor una sala más cómoda y que puedes pedir a la carta (creo que solo en las mesas), mientras que en Dos Palillos tendrás que hacer uno de sus dos menús degustación. Por contra, el encanto especial de Dos Palillos y la creatividad de Albert hacen del local un sitio diferente al resto.

En definitiva, ¡disfrutarás en los dos!

Saludos !

Gretel
16 marzo 2011

El viernes pasado estuve con unas amigas y fue espectacular. También escogimos el menú un palillo pero hicimos algún cambio. En lugar de tomar el chawanmushi al vapor con erizos de mar comimos unos mejillones aromatizados con menta, jengibre, y alguna otra variedad de hierbas aromáticas que no recuerdo, y cocidos ante el comensal con agua de coco, el resultado sensacional. Sensacional el mejillón y sensacional el caldo de la cocción.
Tuvimos la suerte de degustar el wok de verduras variadas y dios mío que panochitas. Por último escogimos la panceta en sustitución del yakitori de pollo, y he de decir que con permiso de la que comí en Saüc, es la mejor panceta del mundo.
Siempre es un placer leerte. Felicidades por tus post, que aportan sensibilidad y frescura.

Estocomo
16 marzo 2011

Muchas gracias Gretel, me apunto los mejillones para mi próxima visita.

Un beso !

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