David Mollicone

lunes, octubre 17th, 2011 | Hoteles, Restaurantes, Resto del Mundo

Regresábamos de Orta San Giulio y la idea era alojarse cerca de Avignon para hacer una pequeña escala de un par de días antes de retomar el viaje de vuelta a casa. El local de Mollicone está ubicado en el Hotel Villa Augusta, un tranquilo hotel en Saint Paul Trois Châteaux, quizás algo más lejos de lo inicialmente planeado, pero muy bien comunicado con la ciudad de la ex-residencia papal.

Restaurant David Mollicone (Hotel Villa Augusta)  |  Avignon

Restaurant David Mollicone (Hotel Villa Augusta) | Avignon

El restaurante del Hotel Villa Augusta luce una sala amplia y luminosa, con agradables vistas a un jardín interior que forma parte del propio complejo. Rápida acogida, muy formal, toda una declaración de intenciones de un servicio que se mostraría muy correcto durante toda la cena, aunque algo distante.


Carta corta, de apenas un par de entrantes, un par de platos principales y un par de postres, con diversas fórmulas de precio según su combinación, y minúsculas mesas para dos, que contrastan con los generosos espacios entre ellas y la calidad de un local que merece más amplios manteles.

Tras un trío de snacks iniciales -una suave brandada, unas croquetas y unas crudités… ¡qué bueno el queso cremoso para mojarlas!-, el entrante de la casa, consistente en un refrescante sorbete de tomate con un punto de vinagre.

Llegó luego el primero, a compartir, el pastel de conejo de la Borgoña. Excelente en textura, muy meloso, bien acompañado por un variado de verduras con aliño de hierbas aromáticas, y no tan bien por una mermelada de vinagre algo fuerte, que se llevaba por delante el gusto de lo que aderezaras con ella.

Panier de merluza  &  Volaille con múrgulas

Merluza al horno & Pollo de las Landas con níscalos

En los segundos, para mi partennaire la merluza de Saint Jean de Luz, al horno, muy fresca y en buen punto, servido sobre un nido de arroz venere cocinado al estilo de un risotto negro, y una emulsión, ligeramente yodada, de aceite de oliva de Nyons con una buena punta de acidez. Excelente conjunto.

Para mí,el pollo de corral de las Landas, rustido, con la piel crocante, bien regado en un fondo con sus propios jugos y un toque cítrico, una pequeña declinación del apio -sobresalió el formato en parmentier– y unos magníficos níscalos -de esos que por aquí, este año, ni rastro-. También buena nota.

Pero lo mejor estaba por llegar con el espectacular postre de Les Figues et Framboises, de los mejores del viaje -ojo, que hay por medio visitas a la Osteria Francescana y Villa Crespi-, consistente en un descomunal confit de higos y frambuesas en dos servicios, con un cremoso de dátiles y un frágil y crujiente biscuit azucarado pero con un sutil toque de sal.

Figues et Framboises

Les Figues et Framboises

En la cristalería, una copa de un delicado y fragante Nuances 2009 (Sancerre), y en la otra, cómo no, un Côtes du Rhône, en este caso de la Domaine Charvin 2008, exuberante y profundo en nariz, y elegante y directo en boca.

Sin pedirlo, en lugar de cobrar a la carta, aplicaron la combinación más favorable para nosotros de entre las diferentes opciones predefinidas de menú, de modo que la cuenta final se quedó en 50 euros por cabeza. Un buen detalle para culminar una buena cena y dar por finiquitado nuestro merecido periplo vacacional.


Post written by Daniel Muro

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3 Comments to David Mollicone

arantxi
17 octubre 2011

Qué gran viaje por la cocina italofrancesa os habéis pegao! A la próxima me escondo en la maleta 😉

Estocomo
17 octubre 2011

¡Hemos disfrutado muchísimo! Y eso que me guardo (de momento) un pequeño bistrot de Niza en el camino de ida, en el que probamos un estofado de boeuf bourgignon para quitar el hipo.

Un saludo, Arantxi !

Gretel
18 octubre 2011

Yo me apunto con Arantxi!! Haced hueco en las maletas!!
Saludos.

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