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AE

martes, diciembre 20th, 2011 | Barcelona, Hoteles, Restaurantes

Érase una vez tres princesas llegadas de distintos reinos. No se veían desde hacía algún tiempo así que, aprovechando la cercanía de la Navidad, decidieron celebrar un convite para ponerse al día de sus venturas y desventuras.

La ocasión lo merecía, así que el lugar elegido para el distinguido evento fue el renombrado Palace, conocido en toda la región por su elegancia clásica. Allí, un célebre y prolífico cocinero venido de la Galia, Monsieur Fornell, preparaba sus manjares en dos de los salones del recinto. La monarquía no está para tirar cohetes, por lo que las jóvenes y pragmáticas princesas desestimaron la magia y opulencia del salón Caelis y deleitaron sus paladares en el espacio brasserie denominado AE.

Entre frondosos cortinajes, en la mejor mesa del local -por supuesto, engalanado para la ocasión- y con un atento equipo de sala de alta escuela, la velada empezó con el servicio de panes, blanco y de pipas, y un detalle en forma de una túnida muselina servida en lata de conservas, muy al estilo de Carles Abellán, marqués del Comerç 24, entre otros.

Llegaron las anchoas, no muy grandes pero de sabor suave y buena calidad, que ya es decir en los tiempos que corren. Como mandan los cánones de la corte, acompañadas de su pan de cristal con tomate.

El manjar más exitoso fue el micuit de foie de pato, en terrina y con pan tostado, de los mejores que habían catado las comensales esa temporada. Para contrastar y potenciar sabores, una ligera compota y unas escamas de sal del condado de Essex -del municipio de Maldon, para más señas-.

Disfrutaron también de una excelente mozzarella de búfala y tomate en concordancia, con generosas notas de balsámico de Módena y un quizás excesivo baño de aceite.

Hizo acto de presencia otro de los platos nobles de la velada, el untuoso tartar de buey con lascas de parmesano y patatas paja, ya convertido en un santo y seña del local -y de su autor, que lo pasea también con orgullo en el afrancesado y resultón Café Emma-.

La fusión ítalo-ibérica quedó representada por el capuccino de ceps y castañas, que, al haber sido solicitado a repartir entre tres, llego ya en sus chupitos independientes. Buena combinación de texturas, aunque la mala temporada de setas no ayuda precisamente en la profundidad de sabor.

El momento dulce corrió a cargo de un dignísimo cheesecake de mango y maracuyá, que lució tanto en su base de galleta como en su suave mousse de queso.

El vino, un conocido albariño de Terras Gauda, fresco, modesto en relación con el resto del ágape, no aportó tanto como hubieran merecido sus compañeros sólidos de viaje.

Unas infusiones, una larga charla y unos petit-fours en forma de bombones y financiers cerraron la velada palaciega. Tras abonar una correcta factura inferior a los 40 euros por cabeza, con las campanadas de las 12:00, cual cenicientas a la carrera, las jóvenes princesas volvieron a la realidad.

¡ Feliz Navidad a todos !

Post written by Daniel Muro

Tags: ae, barcelona, brasserie, caelis, hotel palace, Restaurantes, romain fornell

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