Estocomo

Sergi de Meià

lunes, agosto 25th, 2014 | Barcelona, Restaurantes

Sergi de Meià, conocido por la parroquia gastrofanática barcelonesa por sus seis años de fantástico trabajo en Monvínic, se ha establecido por su cuenta. El local elegido, en Aribau 106, me trae buenos y románticos recuerdos afrancesados del coqueto Bistrot 106 y, más recientes pero menos memorables, de las fórmulas actuales del Bistronou.

Sergi de Meià Restaurant no sigue, ni de lejos, ni a uno ni a otro. Con el único nexo del local, Sergi apuesta por una cocina de proximidad -absoluta, hace hincapié-, de respeto por un producto muy seleccionado, y muy marcada por un estilo moderno en técnicas y presentaciones, pero buscando, sin complejos, sabores de siempre que convenzan tanto al estómago como al paladar.

Una de las sorpresas agradables de la carta, la posibilidad de pedir medias raciones de prácticamente todos sus platos, favoreciendo así la posibilidad de probar un buen número de recetas del chef.

A pesar de que no las ofrecen por las noches, Sergi tuvo a bien servirnos un par de las croquetas de pollo de corral de su madre. Y aquí no es por decir, ya que es realmente Adelaida, su madre, la que las prepara entre algunos otros platos, principalmente de los llamados esmorzars de forquilla que se sirven en desayunos y comidas.

La solvente mezcla croquetera acompañó al aperitivo de la casa, una buena crema de verduras -¿por qué tanta gente no valora las cremas como merecen?-, con el potente matiz del pimiento verde asado.

Aprovechando la posibilidad brindada, todo a medias raciones -generosas, por cierto-, empezando por una sabrosa ensalada de mollejas de ternera, muy jugosas -me transportaron a las de Albert Ventura con mantequilla negra en Wall 57– con setas de temporada.

Aun para incondicionales de la huerta, también gustó la calidad del producto del ceviche de verduras, con notas de limón y tabasco, aunque quizás haya que moderar estas últimas o preguntar al comensal por su predilección por el picante. Creo que Pau Arenós sugirió justo lo contrario… ¡Pobre Sergi, vaya mareo!

Original formato de las patatas a la riojana, coronado por un huevo poché que vierte su cremosa yema sobre el conjunto. De sabor más suave de lo esperado, fue el único en el que eché en falta algo de chispa.

En cambio, éxito rotundo en el mejor de la noche, un extraordinario suquet de pescado de roca, escórpora para más señas -aunque se nos ofreció también la araña-, de sabor tan profundo como su aroma.

Y para acabar las medias raciones, un arroz. He disfrutado mucho con los arroces de Sergi en Monvínic, siempre precisos. Recuerdo especialmente uno seco de conejo sobre el que estuve hablando durante meses. Hoy le toca el turno al arroz de mar, caldoso, suelto, técnicamente impecable y con unas fresquísimas gambas que vi pasar por delante mío apenas un minuto antes de entrar en el restaurante.

Valentía en los postres, con un divertido y correctamente equilibrado canelón de queso azul, con nueces frescas -¡qué gran recurso y tan infrautilizado por la cocina actual!-, fruta roja y yogur. No me arrepiento de la elección, aunque reconozco que el morbo del postre de turrón en agosto nos hizo dudar.

Atractiva selección de vinos, de la que escogimos el Valdesil 2013 y sus viejas viñas de godello sobre pizarra, recibiendo a cambio cremosidad, concentración y un buen volumen en boca. Con agua y sin cafés, 45 por cabeza.

Cocina honesta y de calidad. No esperaba menos. ¡Buena suerte, Sergi!

Post written by Daniel Muro

Tags: barcelona, cocina de proximidad, eixample, monvínic, Restaurantes, sergi de meià

2 Comments to Sergi de Meià

Leave a comment