Estocomo

Capet

viernes, noviembre 28th, 2014 | Barcelona, Restaurantes

Capet va a cumplir medio añito. Santiago Melchor y Armando Álvarez, tío y sobrino, se embarcaron en la valiente aventura del restaurante propio, después de que la experiencia de Armando en los fogones de La Panxa del Bisbe y Coure dotara al cocinero venezolano del recorrido y confianza suficientes para ir por libre.

Capet se ubica en Gràcia, a menos de 100 metros del Mercat de la Llibertat, fuente de buena parte de la materia prima de sus elaboraciones, en un local pequeño pero no atiborrado, de apariencia mucho más sencilla que el recetario que proponen, con platillos contemporáneos en raciones moderadas e ideales para compartir.

Pensaba que nadie hacía las croquetas más grandes que las de El Velódromo, pero prueba de mi error son las de pollo de Armando. Se notan las influencias del estilo Albert en Coure. Muy crujientes, panko mediante, y de innegablemente generoso relleno de pollo. Muy buenas, aunque conviene olvidarse de las comparaciones con las del mentor, sin duda en el top 3 del exigente ranking croquetil barcelonés.

Seguimos con una ensalada de sardinas marinadas, con aguacate y salsa de yogur al curry -¡más caña, chicos, sin miedo!- y aceitunas de kalamata. Impecable preparación de las sardinas, tiernas, sedosas, aunque estoy seguro de que, ya sea con algo más de curry o con algún contraste ácido o picante, serán capaces de darle ese punto de chispa que redondearía el plato.

Cumple también la dorada salvaje, en el apartado de sugerencias, en cocción algo conservadora y acompañada de pak-choi.

El nivel pasa a nivelón con las jugosas mollejas de ternera con tupinambo, alcaparras y escabeche de azafrán. Vale, no iba a ciegas, ya que por lo leído en los posts de Philippe Regol y Ricard Sampere sabía que no podía irme sin probar unas mollejas que, volviendo al referente de la cocina de Albert Ventura, es uno de los ingredientes que más he disfrutado en Wall 57. En la receta de Armando, agradables recuerdos a alguna hierba aromática -¿tomillo, tal vez?-.

Y cerramos los salados con la costilla ibérica laqueada, tierna, golosa, sobre una base de terrina de zanahoria y acompañada de una interesante espuma de avellanas.

Me quedé con ganas de otra de las sugerencias del día, un sugerente macarrón relleno de confit de pato con trompetas de la muerte por el que preguntaré en mi próxima visita.

Cada día me gustan más los postres de dulzor moderado, así que el elegido, a compartir, como todo lo demás, fue un impecable bizcocho de zanahoria con sorbete de naranja y jengibre.

En las copas, cumplió también el sobrio merlot penedesenc del Benvingut! de Can Descregut, un monovarietal de agricultura ecológica, de volumen medio y taninos suaves.

Buen servicio, amable y atento al ritmo de los comensales, y una relación calidad-precio realmente destacable, a pesar del leve ajuste reciente. En total, ligeramente por encima de los 30 euros por cabeza. Difícil de mejorar.

Pese a notarse cierta contención en algunos platos, la cocina de Capet ya es merecedora de una visita pausada. Ojo a cuando se suelten.

¡Otra de mollejas!

Post written by Daniel Muro

Tags: armando álvarez, barcelona, coure, gràcia, mollejas, platillos, Restaurantes, santiago melchor

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