Gaig

jueves, diciembre 11th, 2008 | Barcelona, Restaurantes

Hacía demasiado tiempo que no nos pasábamos por el Gaig del Cram, así que aprovechamos una celebración inesperada para hacer una nueva visita al restaurante principal del mítico Carles Gaig.

Restaurant Gaig - Barcelona

Restaurant Gaig - Barcelona

El Gaig del Hotel Cram es un local que, si tuviera poros, destilaría glamour por cada uno de ellos. Ni siquiera un par de guiris realmente mal vestidos (y que conste que yo no suelo ser el rey de la fiesta por mi vestuario) le quitaban un ápice de clase al entorno.


Nos sentamos en una de sus amplias mesas (todas lo son, a excepción de unas pocas situadas en los extremos, que conviene evitar) y nos dispusimos a dejarnos seducir por la carta del Senyor Gaig. Como conocíamos una buena parte del menú degustación, esta vez, preferimos tirar de carta.

Antes de empezar, una pequeña representación de snacks que, a pesar de que no estaban mal, en un lugar de este nivel deben tener más chispa. De hecho, tal y como me había comentado uno de mis compañeros de jornadas gastronómicas, los buñuelos estaban un puntito por debajo de los que preparan en la Fonda Gaig.

El aperitivo fue un huevo de codorniz en tempura sobre una crema de coliflor y trufa. Cumplieron la crema y la tempura, aunque el huevo estaba demasiado hecho. Desconozco si esa era la intención, pero creo que hubiera ofrecido más juego con un punto de cocción más reducido.

De primero, compartimos un tartar de lubina y gamba con caviar de arenque. Fresquísimo, sabroso, juguetón en sabores y texturas gracias a un acertado acompañamiento de escarola, manzana verde y salsa de yogur, que potenciaba el sabor y compensaba el punto graso del tartar. Un clásico que no me habían presentado y que tuve el gusto de conocer.

En los segundos, dos aciertos más. Mi pareja de baile gastronómico optó por ir de caza y traerse puesta una perdiz roja en vinagreta que resultó un plato brillante en todo su conjunto. De carnes firmes, pero de tierno bocado. Mi plato, una melosa espaldita de cordero en su jugo, con tres mosqueteros de lujo en formato patata. Aramis, la cocida, era quizás la que menos destacaba, no por deméritos propios, sino por la poca sorpresa que aportaba; Athos estaba en un ligero formato soufflé, con su interior hueco y su exterior crujiente; Portos era un sublime puré -perdón, parmentier- que, en viaje conjunto con el cordero, resultaba un bocado colosal.

Tartar de lubina con caviar de arenque & Espaldita de cordero

Tartar de lubina con caviar de arenque & Espaldita de cordero

De postre, el ‘Cosmopolitan en plato’ lució más en boca -por otro lado, donde ha de hacerlo- que en el plato, cuyo montaje era algo simplón. En la composición, que en conjunto quedaba resultona, destacaban una espuma de vodka muy bien conseguida y un dulzón sorbete de frutos rojos.

Substituimos los cafés por unas infusiones digestivas y, con ellas, nos trajeron un surtido de petit-fours que, al igual que los snacks, no se acercaban al sensacional nivel de los platos principales. Sólo el financier aguantaba el tipo con creces. En el lado opuesto, un mazapán de frutas demasiado duro no debió aparecer por la mesa.

Para beber, viéndonos dudar en la página de los Riberas, el somelier nos recomendó un Dominio del Cuco (tempranillo con regusto a frambuesas) que nos gustó.

Pidiendo el menú degustación, los pequeños altibajos de aperitivos y petis (según la jerga gourmand) quedan minimizados por la brutal calidad del despliegue culinario del menú, pero en una cena corta se corre el riesgo de que estos elementos tengan demasiado peso. En uno de los mejores restaurantes de Barcelona, como es éste, es un asunto que debería preocuparles.

En cualquier caso, todo un gustazo…


Post written by Daniel Muro

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5 Comments to Gaig

Maria
12 diciembre 2008

Comparar las texturas de los diferentes tipos de patata con los famosos tres mosqueteros me parecen de una originalidad brillante. Ya puestos se podría haber optado por decir que D’Artagnan era la espaldita de cordero. Pero quizás era fantesar demasiado.

Felicidades por el blog. La calidad de los artículos es sensacional.

Arzak | Estocomo
3 enero 2009

[…] que podrías acabarte la hogaza de pan (reconozco que al probarla no pude evitar pensar en las de Gaig, que tampoco es manco en el asunto). Al acabar las carnes, nos preguntaron si queríamos repetir de […]

Tribia | Estocomo
3 enero 2009

[…] ya ha pasado por las cocinas del Hotel 5* GL de La Gavina, o por restaurantes tan conocidos como Gaig, Hispania o Mugaritz (¡ahí es nada!). En Can Bonastre se ocupará de la carta del Tribia, el […]

Can Jubany | Estocomo
3 marzo 2009

[…] Los canelones de rostit, excelsos, de los mejores que he comido. En formato tradicional, tanto en tamaño como en composición, pero con el relleno -de pollo de pagès- delicado, liviano para lo que suele ser este plato. Buena pasta y mejor bechamel, con su puntito picante. En la memoria, otras grandes versiones de Drolma (relleno de faisana) y el trufado del gran Gaig. […]

Bras | Estocomo
3 junio 2009

[…] Antes de pasar a los postres, uno de las especialidades locales, el aligot, un puré de patata mezclado con queso de Laguiole, que antes preparaba la madre de Michel -ahora ya sólo va por allí los sábados- y que, aunque resulta muy sabroso, es realmente graso y se nos hizo difícil poder con él a esas alturas de la cena. En este caso, me quedo con el estilo clásico de Ducasse o Robuchon, o incluso con el de Gaig. […]

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